Con valores como el respeto al cliente, una atención totalmente personalizada y el trabajo en equipo, Bellvis se ha convertido en uno de los referentes de su sector. Virtudes que se han ido traspasando de generación en generación para mantener en la brecha a esta empresa familiar. Los integrantes de Bellvis son conscientes del importante legado que les dejó su fundador y de lo que representa pertenecer a una empresa familiar.
Tenemos en nuestra sangre la obligación de mejorar el pasado.
Con el fin de alcanzar esta meta, tomaron las riendas de su división de pavimentos. Gracias a su buen hacer y a su experimentado equipo humano, su impronta se puede ver en el Pabellón Puente y el parking de la plaza de los Sitios de Zaragoza, que fue galardonado por la Asociación Española de Aparcamientos y Garajes (Asesga), o el museo del estadio Wanda Metropolitano, así como en los principales mataderos europeos.
El trabajo que desarrolla toda nuestra plantilla es digno de alabar porque requiere un gran esfuerzo al trabajar con tiempos límite.
Aseguran los integrantes de la cuarta generación Bellvis, un clan que tiene en su ADN la mejora continua a través de sus constantes invenciones. La innovación la tienen muy presente. Gracias a su genética inventora, han podido sacar al mercado un suelo con garantía antibacteriana, que es muy valorado en el sector agroalimentario.
Nos levantamos cada día con la ilusión de mejorar para que nuestros antepasados se sientan satisfechos de nosotros.